Brasilia, 25 nov (Prensa Latina) Con la llegada al poder del presidente Jair Bolsonaro empeoró la situación de la mujer en Brasil, denunció Juneia Batista, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), a propósito de celebrase hoy el día contra la violencia de género.
«Con la elección (1 de enero) de un presidente misógino, racista y homófobo, como Jair Bolsonaro, empeoró aún más la situación de las mujeres», afirmó Batista, secretaria de las Mujeres Trabajadoras en la CUT, citada en la página de la organización.
Según la dirigente sindical, el político de extrema derecha redujo los recursos para el programa de promoción de autonomía y combate a la violencia contra las mujeres en el Presupuesto de la Unión 2019, considerado el monto más bajo desde que se inició el proyecto en 2012.
No hay manera de pensar que las mujeres estarán más seguras con Bolsonaro porque su perfil y comportamiento agresivo con las mujeres en sus 28 años como diputado y en estos 11 meses como presidente muestran que las mujeres tendrán días cada vez peores. Peor aún para las mujeres negras brasileñas, alertó Batista.
Indicó que «vivimos en tiempos oscuros en Brasil, pero para nosotras las mujeres, especialmente negras, todo se pone mucho peor. Nos golpean, nos atacan psicológicamente y nos matan cada día más. Y la política de Bolsonaro da, cada día más, este permiso y no podemos ver todo esto y no denunciarlo y no luchar».
De acuerdo con datos oficiales, en 2018, nueve mujeres fueron víctimas de agresiones y tres sufrieron palizas o intentos de estrangulamiento por minuto; y más de 12 millones fueron víctimas de abusos verbales, como insultos, humillaciones o juramentos.
Por otro lado, más del 90 por ciento de las ciudades brasileñas no cuentan con comisarías de policía de mujeres para prestar apoyo o investigar tantos casos de violencia.
Estadísticas del 12 Anuario Brasileño de Seguridad Pública, publicado en 2018, registra que 606 víctimas de la violencia, en promedio, sufrieron lesiones corporales peligrosas.
Durante ese calendario, las violaciones aumentaron alrededor del 8,4 por ciento y los feminicidios también crecieron 6,1 con respecto al año anterior. Cada ocho horas una mujer es asesinada en Brasil solo por ser del sexo femenino.
Y lo peor, según la investigación Visible e Invisible-La victimización de la mujer en Brasil-, la casa sigue siendo el lugar en el que las mujeres sufren más violencia: un 42 por ciento de las entrevistadas señalaron el hogar como lugar de la agresión, seguido por el 29 que afirmó haber sufrido violencia en la calle.
«La lucha contra la violencia contra la mujer no es una política de Estado, como una ley, sino una política gubernamental», refirió Bastita.
Insistió en que «tenemos que presionar a los gobiernos federal, estatal y municipal todo el tiempo si queremos cambiar esta situación. El fin de la violencia contra las mujeres es urgente».
El Día Internacional para Eliminación de la Violencia contra las Mujeres fue instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1999.
La ONU eligió esta jornada como recordatorio del 25 de noviembre de 1960, cuando las tres hermanas dominicanas Mirabal -Minerva, Pátria y María Teresa- fueron asesinadas a instancias del dictador Rafael Trujillo.